El
tango es un género musical tradicional de Argentina y Uruguay, nacido de la fusión cultural entre emigrantes
europeos, descendientes de esclavos africanos y de los nativos de la región del
Río de la
Plata. Musicalmente suele tener forma binaria (tema y estribillo) o
ternaria (dos partes a las que se agrega un trío). En esencia, es una expresión artística de
fusión, de naturaleza netamente urbana y raíz suburbana («arrabalero»), que
responde al proceso histórico concreto del mestizaje biológico y cultural de
la población rioplatense pre-inmigración y la inmigración masiva, mayoritariamente europea, que reconstituyó
completamente las sociedades rioplatenses, a partir de las últimas décadas del
siglo XIX.
El
tango es un arte de raíz suburbana, «arrabalero», derivado
de su naturaleza popular. Cabe destacar el diferente origen de suburbio y
arrabal, ahora considerados sinónimos. Arrabal es una palabra de origen árabe,
que significaba ‘fuera de los muros’ en el caso de la ciudad amurallada de
Montevideo. Surge y se desarrolla en los barrios de trabajadores que rodean a
las ciudades rioplatenses: el «arrabal». Para el tango el arrabal es la
musa inspiradora, el lugar de pertenencia que no se
debe abandonar, ni traicionar, ni olvidar. Por sobre todas las cosas, el
tanguero es un hombre (y una mujer) «de barrio». En el lenguaje del tango, el
arrabal y el centro componen dos polos opuestos: el arrabal, muchas veces unido
indisolublemente a los amigos y a «la vieja», expresa lo verdadero y lo
auténtico, en tanto que el centro suele expresar lo pasajero, «las luces» que
encandilan, el fracaso.
El
sentimiento de pertenencia al arrabal ha llevado al tango a construir culturas
de barrio, a darles personalidad. Sobre todo en Buenos Aires y Montevideo, el
tango está indisolublemente ligado a la identidad de los barrios. La ciudad del
tango es una ciudad vivida desde el arrabal.
Su
interpretación puede llevarse a cabo mediante una amplia variedad de formaciones
instrumentales, siendo las más características el cuarteto de guitarras, el dúo
de guitarra y bandoneón, el trío de bandoneón, el piano y contrabajo, así como la orquesta típica o el sexteto.
Las letras
de sus canciones están compuestas basándose en un argot local llamado lunfardo que, suelen expresar las tristezas, especialmente «en las
cosas del amor», que sienten los hombres y las mujeres de pueblo, circunstancia
que lo emparenta en cierto modo con el blues, sin que ello obste al tratamiento de otras temáticas,
incluso humorísticas y políticas.
Enrique Santos
Discépolo, uno de
sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se
baila»
En
2009 fue presentado por los presidentes de la Argentina y Uruguay para ser
incluido, y finalmente aprobado en la Lista del Patrimonio Cultural
Inmaterial (PCI) de la Humanidad por la Unesco
Si bien el tango reconoce
lejanos antecedentes africanos, latinoamericanos y europeos, sus orígenes
culturales se han fusionado de tal modo que resulta casi imposible
reconocerlos.
Se sabe que el argot del
tango, el lunfardo,
está plagado de expresiones italianas y africanas;[cita requerida] que su ritmo y clima
nostálgico tiene un cercano parentesco con la habanera
cubana; y que «tango, milonga, malambo y
candombe», son parte de una misma familia musical de
raíces africanas y también de las costumbres provenientes de los gauchos que migraron a la ciudad.
Sin embargo el tango no
se confunde ni deriva de ningún estilo musical en particular. Ernesto Sábato dijo que por sobre todas las cosas el tango es
un híbrido,
una expresión original y nueva que deriva de una movilización humana gigantesca
y excepcional.
El tango apareció en el
Río de la Plata y sus zonas de influencia. En la presentación conjunta de
Argentina y Uruguay ante la UNESCO para el reconocimiento del Tango como
patrimonio inmaterial de la humanidad, reza: "El Tango nació entre las clases
bajas de ambas ciudades [Buenos Aires y Montevideo] como una expresión originada
de la fusión de elementos de las culturas afroargentinas y afrouruguayas,
auntenticos criollos e inmigrantes europeos. Como resultado artístico y cultural
de este proceso de hibridación, el Tango es considerado hoy en día como uno de
los principales signos identitarios del Río de la Plata."[30] Otras fuentes afirman que
surgió primero en Buenos Aires y en la zona del actual Gran Buenos Aires,[31] [32] [33] [14] [34] [35] en la segunda mitad del siglo
XIX, en el marco socio-cultural de las grandes oleadas
migratorias de los más variados
orígenes internos y externos, que recibió entonces esa región. Por su parte, el
escritor argentino Jorge Luis Borges dijo: "Buenos Aires, Montevideo y Rosario
son los tres lugares que se han disputado el nacimiento del tango", cosa que se
asemeja bastante a la realidad de la temática.
Otros puertos fluviales
como en Campana y Zárate
también registran antiguos antecedentes tangueros. Se trató de una música
eminentemente popular, rechazada y prohibida por las clases altas y la Iglesia
Católica, por lo que se desarrolló en los barrios pobres de los suburbios (los
arrabales), los puertos, los prostíbulos, los bodegones y las cárceles, donde
confluían los inmigrantes y la población local, descendientes en su mayoría de
indígenas y esclavos africanos.
Allí se fueron fusionando
libremente las formas musicales más diversas (candombe,
payada, milonga, habanera,
tango andaluz, polca,
vals, etc.), provenientes de los orígenes más
diversos (africanos, gauchos, hispanos coloniales, indígenas, italianos, judíos,
alemanes, andaluces, cubanos, etc.), hasta formar el tango. Se estima que la
transición duró alrededor de cuarenta años para afianzarse como un género
plenamente constituido en la última década del siglo XIX.
En 1857, el
músico español Santiago Ramos compuso uno de los primeros temas de aire tanguero
que se conozca, Tomá mate, che, un tango con letra rioplatense pero con
arreglos musicales de estilo andaluz.
El tema formaba parte de la obra El gaucho de Buenos Aires, estrenada en
el Teatro de la Victoria. En 1874 se ha
documentado el primer tango que alcanzó difusión popular masiva. Se trata de
El queco, también de estilo musical andaluz, con una letra sobre las
«chinas» (las mujeres argentinas de origen indígena o africano) que trabajaban
de prostitutas en los burdeles.
En 1876 se
hizo muy popular un tango-candombe
llamado El mereguengué, que se convirtió en éxito en los carnavales afroargentinos que se celebraron en febrero de
ese año Se interpretaba con guitarra,
violín y flauta,
además de los tambores de candombe
afroargentino (llamador y repicador).
El bandoneón, que le dio
forma definitiva al tango, recién llegaría al Río de la Plata allá por el 1900,
en las valijas de inmigrantes alemanes. No existen partituras de esta etapa
originaria, porque los músicos de tango de entonces no sabían escribir la música
y probablemente interpretaban sobre la base de melodías existentes, tanto de
habaneras como de polcas. La
primera partitura de la que existe registro (pero sin autor) es La
canguela (1889) y se encuentra en el Museo de la Partitura de la Ciudad de
Rosario. Por otro lado, del primer tango porteño, que se tiene registro (con
autor registrado) es El entrerriano ―estrenado en 1896 e impreso en 1898―
del afroargentino Rosendo Mendizábal
Los títulos procaces
pueden ser consultados en un anexo especial. Varios años después, a partir de los años treinta, los gobiernos militares y autoritarios,
prohibieron las letras y títulos, por lo que la mayoría de ellos desaparecieron,
mientras que otros fueron reescritos, como el famoso Concha sucia,. que
fue reescrito por Francisco Canaro como Cara sucia.
Poco antes de que
comenzara la Primera Guerra
Mundial en
1914 el emperador de Alemania, Guillermo II prohibió que los oficiales prusianos bailaran
el tango si vestían uniforme. El órgano oficial del Vaticano, L’Osservatore
Romano, apoyó abiertamente la decisión en los siguientes
términos:
El káiser ha hecho lo que ha podido para impedir que los gentilhombres se identifiquen con la baja sensualidad de los negros y de los mestizos (...) ¡Y algunos van por ahí diciendo que el tango es como cualquier otro baile cuando no se lo baila licenciosamente! La danza tango es, cuanto menos, una de aquellas de las cuales no se puede de ninguna manera conservar ni siquiera con alguna probabilidad la decencia. Porque, si en todos los otros bailes está en peligro próximo la moral de los bailarines, en el tango la decencia se encuentra en pleno naufragio, y por este motivo el emperador Guillermo lo ha prohibido a los oficiales cuando estos vistan uniforme.
En aquellos años, en los
que los hijos de familias ricas llevan a París el
tango que habían aprendido en su frecuentación de los lupanares,
comienza una nueva era para el género, con el aporte de músicos mejor preparados
y la incorporación de letras evocativas del paisaje del suburbio, de la infancia
y de amores contrariados.
La canción
de tango
comenzó a interpretarse
desde 1850, pero no era tal porque el estilo vocal estaba ligado a la habanera y
tangos españoles, sin una personalidad tanguera definida. Los cantantes de
entonces no eran profesionales ni tampoco se conocía la voz del tango. El tango
se cantaba como tango milongueado y los versos eran picarescos, lo que
escandalizaba a la alta sociedad porteña. Los cantantes de que se habían
destacado en la primera década de 1900 fueron Lola Membrives, Linda Thelma y Ángel Villoldo, entre otros. Los primeros éxitos de aquel
tango fueron Hotel Victoria, El porteñito y el gran suceso La
morocha de 1908. En Buenos Aires había gran cantidad de cantores que
interpretaban estilos nacionales, zambas y chacareras.
Carlos Gardel, quien se inició como payador
alrededor de 1910, es el más recordado cantante de tango de los
años veinte y treinta. Muchos de los temas que interpretaba los compuso él mismo
y encargó sus letras a su inseparable compañero, el poeta Alfredo Le Pera. Gardel, que comenzó su carrera en comités
políticos de los suburbios fabriles de Buenos Aires, cantó en París y en
Nueva York, filmó varias películas en EE. UU. Se
convirtió en un mito para los rioplatenses cuando murió en un accidente de
aviación en Medellín (Colombia).
Algunos de los tangos famosos de esta primera época son La cumparsita, El
choclo, Caminito, El
día que me quieras, Por una
cabeza, etc.
La década del
cuarenta del pasado siglo se considera la época dorada para el género, que se
interpretaba ya en locales nocturnos de lujo, cuyos ambientes alimentaron a su
vez a los letristas, que en sus versos contraponían el lujurioso
cabaret y los desbordes de la vida nocturna a la
infancia en el arrabal, paisaje éste que adquirió entonces ribetes míticos de
paraíso perdido.
Grandes
orquestas, como las de Juan
D’Arienzo
(1900-1976), Carlos Di
Sarli
(1903-1960), Osvaldo
Pugliese
(1905-1995), Aníbal Troilo (1914-1975), Horacio
Salgán
(1916-), Ángel d’Agostino o Miguel Caló actuaban a la vez en los cabarés del
centro y en salones barriales, y, con ellos, creció enormemente la industria
discográfica en la Argentina. Letristas de gran vuelo ―Enrique
Cadícamo,
Cátulo
Castillo,
Enrique Santos
Discépolo,
Homero Manzi― dieron al tango composiciones inolvidables,
signadas por la amarga crítica de costumbres (Discépolo), el matiz elegíaco y
las metáforas inspiradas en grandes poetas (Manzi, Castillo), la recurrente
pintura de ambientes sofisticados con resonancias del poeta modernista
Rubén Darío (Cadícamo). Otros notables cantantes de la
época fueron el Polaco
Goyeneche, Edmundo
Rivero,
Ángel Vargas, Francisco
Fiorentino,
Héctor Mauré y Alberto
Podestá. Por
su parte, Homero Expósito y José María Contursi también escribieron las letras
de algunos tangos.Desde fines de los años cincuenta comenzarían a surgir corrientes tangueras
renovadoras. Los primeros fueron músicos como Mariano
Mores y
Aníbal Troilo que empezaron a experimentar con nuevas
sonoridades y temáticas. Pero el renovador indiscutido fue el marplatense Ástor
Piazzolla.
Ástor Piazzolla
alternaba entre las tardes de música
clásica en el
Teatro
Colón y su
pasión por Ígor
Stravinski y
Béla Bartók, con las noches de tango, y su desempeño como
bandoneonista y arreglador musical de la orquesta de Aníbal Troilo (1914-1975).
Fusionando creativamente las influencias más diversas, Piazzolla introdujo en el
tango armonías disonantes y bases rítmicas intensas y nerviosas que produjeron
una transformación radical del género.
La música de
Piazzolla produjo una apasionada controversia entre tradicionalistas y
renovadores, sobre si «eso» era o no tango. El punto culminante de esa
controversia fue el Festival de la Canción de Buenos Aires realizada en el
Luna
Park en
1969, en el que Ástor Piazzolla y el uruguayo Horacio
Ferrer
presentaron un valsecito tanguero, Balada para un loco, interpretado por
Amelita
Baltar en la
sección correspondiente al tango. La canción produjo un escándalo descomunal que
llevó a los organizadores a cambiar las reglas para evitar que Balada para un
loco ganara el festival. Pese a ello, el nuevo tango-canción, ganó la
adhesión popular, especialmente entre los jóvenes y se volvió un éxito de ventas
como hacía años que el tango no tenía.
El dúo Piazzola y
Ferrer realizaron otras obras de amplia difusión popular como el tango
Chiquilín de Bachín (1968) o la «ópera-tango» María de Buenos Aires (1967), que incluye la bella
Fuga y misterio. Piazzolla aportaría composiciones fundamentales como sus
Cuatro estaciones porteñas (Verano porteño, Otoño porteño,
Invierno porteño y Primavera porteña), la serie del ángel (entre
ellas Milonga del ángel y La muerte del ángel), Libertango,
Decarísimo y por sobre todas Adiós Nonino, a la muerte de su
padre.
Piazzolla también
aportó decisivamente a la renovación instrumental del tango con su octeto, que
incluía instrumentos hasta entonces absolutamente ajenos al tango, como los
eléctricos (guitarra, bajo, teclados, sintetizador), la batería y el saxo. También con él
ingresaron al tango instrumentistas de excepción como el violinista
Antonio Agri y el guitarrista Cacho
Tirao, y un
cantante como José Ángel Trelles quienes sumarían sus talentos a experimentados
del género como Enrique Kicho
Díaz, Osvaldo
Manzi o Jaime Gosis entre otros. Piazzolla también realizó una audaz fusión
tango-jazz con el saxofonista estadounidense Gerry
Mulligan en
1974 (registrado en el álbum Reunión cumbre) e influyó
considerablemente en el subgénero conocido como rock
nacional
argentino, desarrollado a partir de la segunda mitad de los años
sesenta.
En esas dos
décadas de renovación surgieron también otros autores e intérpretes de gran
importancia como Eladia
Blázquez
(Con el corazón al sur, Si Buenos Aires no fuera así, Sueño de barrilete,
etc.), Chico
Novarro
(Cordón, El balance, Cantata a Buenos Aires), Cacho
Castaña
(Café La Humedad), el Sexteto Tango, el octeto coral Buenos Aires
8, con un
álbum excepcional en 1970, Buenos Aires Hora 0, las nuevas sonoridades
introducidas por Osvaldo
Berlingieri
(1928) desde el piano[43] y su asociación con
Ernesto Baffa (Baffa-Berlingeri), la voz juvenil y romántica
de Susana
Rinaldi, la
madurez compositiva de Leopoldo Federico (El último café, Qué falta que me
hacés), el revolucionario álbum Concepto (1972) de Atilio Stampone,
Rodolfo
Mederos ―a
quien se consideraba como «la cabeza visible de una nueva música porteña en los
años setenta»―, etc. También debe mencionarse aquí al último Goyeneche de la
«garganta de arena» ―según el cantautor Cacho Castaña― que desarrolló el arte de «decir» el tango,
cuando paradójicamente alcanzó el pico más alto de la devoción
popular
En estas dos
décadas el tango sufrió también la confrontación generacional y
contracultural que llevaron adelante los movimientos juveniles
en todo el mundo, con expresiones como el Verano del
amor de
1967 y el movimiento hippie en EE. UU., el Mayo francés de 1968, que tuvieron en la música rock y en la revolución
sexual, dos de
sus códigos de referencia común. En la Argentina, esto se manifestó como una
confrontación de contenido generacional entre tango y rock: el tango era la
música de «los viejos»; el rock era la música de los jóvenes. Sin embargo, era
justamente este declive del Tango como género musical y bailable que causaba un
elevado interes por parte de muchos intelectuales argentinos. A partir de la
escritura de varias interpretaciones historiográficas del tango una gran parte
del campo intelectual ejercía una crítica social y política del país. La fuerte
tendencia de peronización del campo intelectual se podía ver materializada en el
nuevo interés que despertaba la historiografía del tango.
En 1983 se
estrenó en París el espectáculo Tango argentino, creado y dirigido por
Claudio
Segovia y
Héctor
Orezzoli,
coreografiado por Juan Carlos
Copes, con la
participación de bailarines como el propio Copes, María Nieves, Gloria y Rodolfo
Dinzel, Pablo Verón, Miguel Zotto y Milena Plebs, y Virulazo y Elvira.La obra fue presentada en 1985 en
Broadway (Nueva York), obteniendo un resonante éxito que marcó
el renacimiento mundial del tango.]
Desde hace pocos
años (comenzando precisamente a partir de determinados períodos de la obra de
Piazzolla) se observa que el fenómeno de aculturación mundial que deriva en
fusiones musicales entre lenguajes, si bien de origen geográfico cierto,
considerados como universalmente difundidos (jazz, rock, heavy metal, música
electrónica) y
músicas étnicas o locales, también ha llegado al tango. Se trata de fusiones del
tango con el jazz, el rock, el heavy metal y la electrónica, siendo esta última
la más difundida, con ejemplos tales como Bajofondo Tango
Club,
Idealtango, Narcotango, Gotan Project y Tanghetto. Entre aquellos que fusionan con el jazz, se
puede encontrar al saxofonista y compositor Jorge Retamoza, al pianista Adrián
Iaies, el contrabajista Pablo Aslan o al saxofonista Miguel de Caro, entre
otros. Existen fusiones vinculadas con el metal en bandas como
Arraigo, quienes incorporan instrumentos y melodías de tango, entre otras
expresiones del folclore río platense.
Además, existen
diversas orquestas en su mayoría conformadas por jóvenes músicos que pretenden
rescatar y reinterpretar con nuevos códigos el tango, entre ellas se destaca 34
Puñaladas, Las Bordonas, Altertango, Alfredo Piro, y Astillero. A partir de los
años noventa, varios músicos provenientes del rock nacional, como
Daniel
Melingo y
Rodolfo
Gorosito (Trío
Gorosito-Cataldi-De la Vega) se volcaron al tango.
Como así también
muchos jóvenes músicos formados dentro del tango comienzan a aportar nuevo
repertorio y nuevos caminos a esta música. Entre ellos destacan: Nicolás
Ledesma, Pablo Mainetti, Marcelo Mercadante, Ramiro Gallo, Sonia Possetti y
Diego Schissi, el trío Tres X
Tango,
etc.
Cabe señalar que
a partir del año 1999, el tango canción, comienza -sistemáticamente- a acercarse
a la niñez. El 11 de diciembre, en el marco del Festival Buenos Aires Tango, en
el Patio del Aljibe del Centro Cultural Recoleta, hizo su presentación la
cantante y compositora de tango para
chicos,
Graciela Pesce que ―según el historiador y académico Roberto Selles― inauguró un
«estilo inédito en el género» . Diez años después, "la maestra jardinera del
Tango" (El Chamuyo Nro 82) recibiría el Premio Gobbi de Oro otorgado por la
Academia Nacional del
Tango de la República Argentina y presidiría -junto a Olga Besio- en el
Festival y Mundial de Tango 2010, la primera mesa denominada «Los Chicos y el
Tango», todo lo cual sienta un verdadero precedente de la inclusión del Tango en
el mundo de la niñez.
La Guardia Joven
En los años
noventa y hasta la actualidad, comienza el movimiento denominado "La Guardia
Joven". Esta generación joven es la encargada de hacer una síntesis de épocas.
Sus repertorios incluyen tanto composiciones propias como obras de
La Guardia
Vieja (finales
del siglo XIX hasta 1924 aprox.), La Guardia Nueva o
"Decareana"
(desde 1924 aprox. hasta la década de 1940), La edad de
Oro (a
comienzo de los años 40 y hasta finales de los 50) y La edad
Contemporánea
(con su superlativo exponente Astor
Piazzolla). Se
caracteriza por dejar de lado viejas rivalidades del tango (antinomias entre
orquestas, cuestionamientos a la obra de Piazzolla, etc) y a partir de dicha
integración, colaborar a un nuevo renacer del tango. El maestro
Rubén Juárez participa con muchos de ellos de las hoy ya
históricas "Recaladas", funcionando como eslabón de generaciones. Algunos de los
más destacados exponentes son: Ariel
Ardit,
Lidia
Borda,
Diego
Schissi,
Cristian
Zárate,
Horacio
Romo,
Pablo
Agri,
Hernán
Genovese,
Viviana
Scarlassa,
Noelia
Moncada,
Pablo
Mainetti,
Orquesta Típica Fernández
Fierro,
Orquesta El
Arranque,
La Chicana, Lautaro y Emiliano
Greco,
Esteban
Riera,
Hernán "Cucuza"
Castiello,
Chino
Laborde,
Rascasuelos, Tangocontempo, Sexteto
Milonguero,Sonia y Hernán
Posetti,
Amores
Tangos,Conciertos
Atorrantes,China
Cruel entre
otros. Esta generación retoma la cultura de la "Recalada Tanguera", siendo
El Bar de
Roberto,
Bar El
Faro y
Sanata
Bar algunos de
sus principales puntos de encuentro.
Fte
Wikkipedia.
(En CUBA SIEMPRE ha gustado el tango, es necesario destacar que
compositores e intérpretes de la talla de Miguel Matamoros , escribió música
de este género: " El huerfánito", como otros a lo largo de nuestra historia y
como parte que somos de América Latina).
El tango en Cuba
(breve historia)
Por Felix Contreras
El tango tiene en
Cuba tan honda como hermosa historia (1) que, comenzada en las primeras décadas
del siglo XX, tuvo su primer auge en la de 1940, con una impresionante relación
de artistas argentinos que visitaban frecuentemente la isla y que contribuyeron
vivamente al crecimiento, aún más, de la popularidad del género en épocas
siguientes.
Ningún nombre relevante (excepto Agustín
Magaldi) hasta 1959, dejó de presentarse en teatros, radio y televisión
nacionales. Figuras como Azucena Maizani, Amanda Ledesma, Tita Merello, Alberto
Castillo, Hugo del Carril, Libertad Lamarque, Azucena Maizani, Mercedes Simoni,
Ada Falcón, Rosita Quiroga, Eladia Blázquez, Graciela Susana, Susana Rinaldi,
María Grillo, Irustra, Fugazot, Demare, Alberto Castillo, Enrique Santos
Discépolo, Homero Manzi, Charlo, Hugo del Carril, Alberto Gómez, Angel vargas,
Horacio Ferrer, Astor Piazzolla, Osvaldo Pugliese, Sebastián Piana, Héctor
Negro, Trío Mosalini—Baytelmann, Leopoldo Barrionuevo, Mauricio
Ciechanower.
Fuera de los ritmos cubanos, ningún otro género extranjero tenía
más simpatía que el tango porteño que, como se sabe, comparten las dos bellas
ciudades a orillas del Plata.
Al influjo de los aires de tangos, vales,
milongas, surgieron en Cuba innumerables figuras de excelente calidad: Berta
Pernas, Zenia Mirabal, María Abelend, Nilda Espinosa, Alguita Pulido, María
Josefa Cárdenas, Isabelita Arocha, Dora Espinosa, Gloria Calvo, Luisa María,
Magaly Alou, Olga Chorens, Emilio Ramil, Héctor Riopelle, Miguel Angel Penabad,
Manolo Escalona, Manolo Fernández, Alfredo Cataneo, Alfredo Baranda, Orlando
Blanco, Ruben R. Savón, Purita y Amado, Pepe Mesa, Pedrito Alvarez (padre e
hijo), Emilio Álvarez Alejo, Germán Garcil, Jorge Lara, Pablo Ernesto, entre
otros.
Un caso insólito del tango cubano es Emilio
Ramil, El Gardel Cubano, con su extraordinario parecido físico con El Zorzal
Criollo, el color y la tesitura de su voz gardeliana. Actúo en emisoras radiales
de Montevideo y Buenos Aires. Fue, además, presidente del Tango Club de La
Habana (1953).
Músicos: Adolfo Guzmán, extraordinario pianista
y compositor, quien con su orquesta dio marco musical a muchas figuras, entre
ellas, Alberto Gómez.
Guitarras: Roberto de Moya (2), Cuco Vila, tan
celebrado por cubanos y extranjeros, que, en La Habana era el guitarrista de
Hugo del Carril. Otras violas cubanas que deben mencionarse fueron Benito
Milián, Ernesto Iturbe.Norberto Durán, Arsenio Moreno, Luis Rivera Peña, Jesús
Machado López, José Canet, entre otros.
Agrupaciones: Conjunto Río de La
Plata, Los Románticos Gauchos, Dúo Los Camperos, Orquesta de Rey Díaz Calvet,
Trío Landa-Llerena-Tabranes, Orquestas de las emisoras RHC Cadena Azul y Mil
Diez.
Pero, con el tango florecieron además,
instituciones de muy variada índole como el Tango Club de Cuba (3), La Pampa
(cabaret), Rincón del Tango, (Hotel Bruzón), Museo del Tango, Edmundo Daubar
(4), peñas familiares (en 1989 había en todo el país 114), Cine Gardel
(Camajuaní, Villa Clara), La Casona del tango (5) y otras muchas
más.
Algunos instrumentistas argentinos asentados en
la Habana, como Eugenio Zelaya, el Negro (Joaquín) Mora, Caggiano, entre otros,
impulsaron también esta fervorosa afición del cubano por el tango.
Memorables
son en esta gloriosa historia, la labor tanguera de la radio con la Cadena Roja,
escenario del debut de Emilio Ramil, asistido por relevantes músicos como Jorge
Romeo y sus hermanos; Antonio García, el mayor divulgador que ha tenido la
musica argentina en Cuba que, hasta su muerte (1980) fue incansable con
popularísimos programas como Hogar del tango, a través de las ondas de la COCO,
que continua después María Luisa Mac Beath. El infatigable Antonio García
recibía en su misma casa las visitas de Agustín Irusta, Charlo, Libertad
Lamarque, Alfredo Malerba. Y, si mencionamos a Antonio viene enseguida a la
memoria su inseparable partenaire radiofónico Pompeyo Escala Parejo y otros
fervorosos colaboradores como Antonio Sánchez, Osvaldo Nicolao, Lorenzo Díaz,
Roberto Monroe, Lidia Prieto, Félix Travieso, Rolando Ozón (compositor), Kid
Chocolate (Eligio Sardiñas) (6 ). Vasta es la lista de coleccionistas de discos,
animadores, promotores y especialistas:
Por supuesto, otros fuertes e
importantes factores de arraigo del tango fueron la radio y el cine argentinos,
bien plantado en el gusto nacional, hasta hoy, muy fijo en el gusto cubano,
sobre todo, los filmes de Carlos Gardel. (7)
Sin dudas, fueron el cine y la radio (8), los
máximos impulsores de la actividad tanguera en la isla. El mitológico cine
argentino de los años 40 y 50, con sus suntuosas escaleras de mármol,
espléndidas rubias (Zully Moreno), de los Estudios de Argentina Sono Films,
entonces, con sello marcadamente porteño. Un cine musical inscrito en el
folletin popular tan del gusto del público cubano y disfrutado en las pequeñas
salas que proliferaban en barrios de La habana que, económicamente se sostenían
con películas de Carlos Gardel, Hugo del Carril, Luis Sandrini, entre
otros.
Amanda Ledesma, Libertad Lamarque, Pepe Arias,
Francisco Petrone, Delia Garcés, Niní Marshall, Silvia y Mirtha Legrand (Rosita
y Aurelia Martínez) eran tan amados por el gran publico de la isla que
perdonaban no cantaran tangos (con excepción de Libertad). Pero, al frente,
estaban, obviamente, las pelícuolas de Gardel, en primer lugar, El día que me
quieras, en la que no podía (puede) faltar el Morocho del Abasto con Tomo y
obligo:
Tomo y obligo,
mándese un trago
que hoy necesito el recuerdo
matar.
Y ¿cuántos niños no se llaman en Cuba Julio inspirados en ese mismo
nombre usados por Gardel en uno de esos filmes?
Las Peñas tangueras
son otro hermoso capítulo, con su espontánea
atmósfera de en familia, fraternal, surgidas tempranamente en la isla, pero,
hacia 1980 se multiplicaron como hongos en las 14 provincias.
Mucho deben los
ritmos argentinos y uruguayos a esas peñas familiares como, la Carlos Gardel en
el barrio del Cerro (Daoiz 212)), abierta en marzo de 1976, en la propia casa de
Humberto Gómez y sus amigos del barrio: Roberto Monroy, Pablo Herzberg, Juan
Gómez, Pompeyo Escala Parejo, Félix Travieso y Rolando Ozón. Por la misma fecha
surgen otras, y en las siempre participan cantantes profesionales y meros
aficionados respaldados por guitarristas invitados que no reciben dinero por sus
actuaciones y funcionan casi todas en las propios hogares de la gente del tango,
los fines de semana. Peña de Envida Hernandez, Círculo amigos del tango de la
Casa de la Cultura de la Habana Vieja (publicaba cancioneros en fechas afines)
con Pablo Beltrán, Juan Valdés Portela, Pompeyo Escala Parejo, Edmundo Daubar
Baena, Rolando Ozón, Maria Marta, Clarivel Consuegra, Luis Figueroa, Emilio
Alvarez Alejo, Osmar Ortega, Amado Proenza, Casa de la Cultura de Plaza, El
Vedado.
En provincias, el tango encontró igual
despliegue y, Santiago de Cuba, Holguín, Santa Clara, por ejemplo, fueron
escenarios donde los ritmos sudamericanos, como en La Habana, contaron con
profuso y magnífico elenco de vocalistas, músicos y animadores de elevada
profesionalidad. Algunos nombres son Tarzan (José Agustín Gutiérrez), Clemente
Achong (único chino que cantó tango en Cuba), Panchito del Real (El Pamperito),
Pedro Fernández (Makat), Heriberto González (Kid Villa, boxeador), Raúl Triana,
Santiaguito Falcón; en Holguín Martín Arranz Fuentes, Merido Gutierrez y Ariel
Dotres, entre otros. en provincias la Mar del Plata Santiago de Cuba..
En
esas peñas entregan todo su amor, su arte, su fraternidad voces de calidad como
las de Santiago Marrero, Isabelita Arocha, Vilchez, Paradela, Sosa, Orlando
Blanco, Manolo Escalona, Alfredo Baranda, Santiago Marrero, Pablo Moreno, Emilio
Alvarez, Sabina, Bernardo Trinchet, Jesús del valle (padre del cantautor
Tatica)
Alfredo Cataneo. El actual cantante integrante
del trío Taicuba, empezó con la OrquestaBuenosAiresdeCadenaAzulen1936 Otros
vocalistas que se iniciaron como intérpretes del tango son Lorenzo Hierrezuelo,
Kilo Hernandez que, en 1946, abandonó el canto ir a dirigir teatro musical a
Buenos Aires y Montevideo. Elena Burke, extraordinaria cancionera del bolero, la
bien llamada Señora Sentimiento, debuta a los doce años, cantando Caminito en un
programa de aficionados de la CMQ.
Todos los estilos, modalidades, corrientes del
tango vocal fueron interpretados en toda Cuba, desde un Orlando Blanco con su
tesitura áspera, agresivo fraseo del guapo del arrabal, taita, taura malevo,
compradre y otras yerbas --también reafirma el fervor cubano por la música
argentina.— del refinado lirismo de los años 20,
Muchos fueron los artistas llegados a La Habana
que se hacían por argentinos o porteños para conseguir laburo, tal el caso de
Ricardo Dantés (peruano), quien en 1936 entra como cantor de la agrupación Los
románticos gauchos, a la que se agrega después el gran Adolfo Guzmán como
director y pianista, quien brilló, además, como compositor de tangos
(Caravana,Llamento árabe La novia de América).
Fecunda, linda fue la presencia del
bandoneonista argentino Eugenio Zelaya, llegado en 1953 y que pronto forma
orquesta que incluso, contó otros tres bandoneones: Victor D`amaro, antonio
blasi y Deolindo Cassaux—. Aquí muere em maestro Zelaya en 1977
Trio
Landa—Llerena—Tabranes, muy destacado en el acompañamiento de cantantes; Trío
Los Andes; otros pianistas fueron Rafael Betancourt, Joaquín Mendível, Rubén
Gómez, tecladista del excelente conjunto de Lorenzo Pego, Sergio Alvarez —Manos
Brujas—.
Rey Diaz Calvet, formidable compositor,
arreglista, director orquestal, autor de tangos ((Ya ves, Mi corazón está en tus
manos) y valses que dedico a su esposa, la cantante María Luisa Chorens.
Destacado pianista, gustaba de trabajar con músicos muy escogidos como Angel
Barbazán, Mario F. Collis, Jesús Muñiz, Norberto Rodríguez, Antonio Sánchez y
Wilhan Guillén, Iván Fernández, Bienvenido Cardenas.
Numerosísimos son los eventos dedicados al
género a lo largo de los últimos 40 años, que han contado con los auspicios del
Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, Teatro Nacional, Teatro Lázaro Peña,
Sociedad Cultural Rosalía de Castro, Museo de la Música, Asociación Nacional
Promotora del Tango, Teatro América, Caserón del Tango (lamentablemente
desaparecido), Ballet de la Televisión Cubana, Teatro Mella.
Y, un capítulo aparte para el Festival Ayer y
hoy el tango que, en marzo de 1984, organizó Casa de las Américas y que es,
hasta hoy, el mayor evento dedicado al género a nivel internacional, que reunió
en La Habana la más numerosa embajada artística argentina que ha actuado fuera
de ese país. Algunos nombres son Osvaldo Pugliese y su orquesta, Sebastián Piana
y su Orquesta, Mirta Grillo y su Conjunto, Eladia Blázquez y su Conjunto, Nelly
Vázques y su Conjunto, Trío Caritini—Baytelman—Mosalini. El magno evento contó,
además, con destacados especialistas: Oscar del Priori, Héctor Negro, Muricico
Ciechanower, José María Paolantonio. Emotivo fue la interrelación de artistas
cubanos y sudamericanos en el Salón Che Guevara de la institución de la calle
3ra. y G, en El Vedado.
En 1994 Casa de las Américas vuelve al género
con el evento Encuentro con el tango; en el cual se le rinde homenaje a Astor
Piazzolla y, hablando de bandoneón, vino de Buenos Aires el joven Fernando Ruiz
con su instrumento y acompañó a la paraje de bailes Alicia Orlando y Claudio
Barneix.
Adolfo Nanclares, Embajador de Argentina en
Cuba, brindó especial apoyo al festival, manifestando: “El tango constituye una
expresión universal de unidad y de afectos, y de interrelaciones emocionales y
cromáticas en las que la habanera y el bolero son parte de múltiples
confluencias rítmicas y aun idiosincráticas, que lograron plasmarse en la música
de Buenos Aires, del Río de la Plata, que debía incorporar a sus orígenes aquel
aluvión inmigratorio que llegara tumultuoso y heterogéneo al puerto de Buenos
Aires”,
Con Horacio Ferrer presente —su presidente— se celebra la reunión
preparatoria de creación de la filial cubana de la Academia del Tango de
Argentina el 6 de diciembre de 1994, (9) en el Caserón del Tango en la Habana
Vieja (Callejón de Jústiz); el doctor Bernabé Ordaz, director del Hospital
Psiquiátrico, amante del tango, invita a un grupo de músicos, como saludo a esa
Asamblea de Constitución de la Academia Cubana del Tango —filial de la de
Argentina— a estrenar en Cuba la Suite freudiana, de Astor piazzolla, en el
teatro de la propia institución de salud.
Sirvan de ejemplo las huellas imborrables del
tango en Cuba que, actualmente, estimula el surgimiento de jóvenes y talentosos
bailarines que están animando la actividad del gotán en varios puntos de La
Habana, como Carolina Balmaceda (recién regresada de Buenos Aires con su
compañía Neotango, donde actuara con notable éxito en el Festival Cambalache); y
Maykel de Armas Torres que, en 2003 funda la Compañía Habana—Tango y, poco
después, asiste al Festival de tango de la provincia argentina de San Luis.
Seguramente, bajo este estimulo de la danza, luego volverán las voces, los
intérpretes vocales.
Esta historia, rica, hermosa del tango en Cuba,
merece rescatarse, trabajar y desplegar esfuerzos para que vuelva a ser ese
poderoso puente de amistad entre los pueblos de Cuba, Argentina, Uruguay y otras
tierras hermanas de Nuestra América y el mundo por qué ¿hay algo que una más que
el tango, ese sentimiento que se baila y se canta?.
NOTAS
1 Habanera, parienta cubana del tango,
cuya línea melódica se mezcló con la milonga.
2 Roberto de Moya, Santiago de
Cuba, 1897—La Habana, 1971. Acompañó a Carlos Gardel en las películas Cuesta
abajo y El tango en Broadway, en 1935.
3 Tango Club: Primera asociación
tanguera cubana reconocida oficialmente (calle Hornos 11) en 1951. Fueron sus
fundadores Magaly Alou, Pompeyo Escala Parejo, Félix Travieso, Lorenzo Díaz,
Roberto Monroe, entre otros. Contó con la colaboración de Luis Priori,
Secretario General de la Embajada Argentina y de José Corradi, de la uruguaya.
Colaboró con programas radiales entre 1951 y 1955.
4 José Daubar Baena,
fotógrafo, creó un curioso museo del tango en su propio hogar (Neptuno 305,
entre Aguila y Galiano) con exposición permanente de fotos, objetos, documentos,
etc. Allí se crea también, con Pompeyo Escala Parejo, la Asociación Cubana
Amigos del Tango (ACADT). Muerto Daubar, el sitio perdió su encanto,
interés.
5 Casona del Tango. Hoy desaparecida, es la más importante
institución dedicada al tango que, abierta en gran medida gracias a los
esfuerzos del Embajador de Argentina Adolfo Nanclares, Asociación Nacional
Promotora del Tango. Quedó constituida el 10 de marzo de 1989 mediante
resolucion No. 1 del Ministerio de Justicia, cuya junta directiva quedó
constituida por Norberto Collado, Rolando Ozón, Juan Valdés, Pompeyo Escala
Parejo, Felix Contreras. Establecida provisionalmente en el Museo de la Música,
un año después ocupa su sede permanente en el Caserón del Tango en La Habana
Vieja (callejón de Jústiz). Dotada de escenario, bar, y otras comodidades,
enseguida sumó a su escenario a notables figuras como Magali Alou, Rey Díaz
Calvet, Cuco Vila, Mario Blanco Negret, Pedro Alvares, Pablo Herberg, y los
jóvenes Bernardo Trinchet, Pedrito Alvarez, Enrique Orlando, Emilio Alvarez,
Sabina Valdés, entre otros. Pero, el viejo y acariciado sueño de la tanguedia
cubana pronto se desplomó por malos, turbios manejos de sus recursos y, hasta
hoy, permanece clausurada por disposición de las autoridades.
6 Kid Chocolate
(Eligio Sardiñas), fue amigo de Carlos Gardel quien, en París, le cantaba
siempre al campeón mundial de boxeo, Rosas de otoño.
7 Sobre todo, Melodía de
arrabal, Cuesta abajo, El tango en Broadway, Cazadores de estrellas, El día que
me quieras, Tango bar y, en 1986, cuando se estrenó Tango, el exilio de Gardel,
de Fernando Solanas, fue otra locura de público en las salas
cubanas)
8 La radio, inaugurada en 1929, fue la principal
aliada del 2X4 en Cuba, con emisoras que ganaban gran popularidad con espacios
dedicados a toda al tango. RHC, Cadena Azul (Paseo del Prado 53), de Amado
Trinidad fue, con la Mil Diez, las que más recursos y tiempo dedicaron al tango,
Radio Cadena Suaritos, CMCA de la Cuban Telephone (con la orquesta Típica
Argentina de Bucharde), CMKC (en 1946 con La Hora argentina), CMQ, también muy
importante, con la Corte Suprema del Arte.
9 Se le extendieron diplomas de miembros de la
Academia del tango, entre otros, a Pompeyo Escala Parejo, Rolando Ozón y Félix
Contreras.
Gardel en Cuba
Las primeras grabaciones
de Carlos Gardel en Buenos Aires, Barcelona, París y, las últimas, en New York,
estaban en muchas casas habaneras. Pero, el tango no llega con Gardel —como
muchos piensan—, sino con artistas de la zarzuela española: Juan Pulido, José
Moriche y otros.
Esos discos, algunos con
rarezas, errores, detalles singulares —perlas para coleccionistas— pudieron
llegar a Buenos Aires y Montevideo gracias a coleccionistas cubanos como Pompeyo
Escala Parejo, José Sánchez, Fernando Alonso, Orlando
Nicolau.
Fue Gardel, con su
excelso arte vocal, sus filmes —no tan buen actor—, en las tres décadas del
siglo XX quien tendió ese sólido puente entre los pueblos del Río de la Plata y
Cuba… Barrios de La Habana, Santiago de Cuba, Santa Clara, Camagüey, Holguín,
con sus numerosos peñas –— bulín— creadas en las propios hogares —a la cubana de
antaño, nada de lujos ni ostentaciones— propagaban esa fraternidad
cubano—argentino los fines de semana, cantando tangos del Morocho y, obviamente,
sus fotos en las paredes, discos, afiches.
Pero, ¿qué tango, qué
cantante prefería Ernesto Che Guevara en la Sierra Maestra mientras
mateaba con el padre Sardiñas y Raimundo Pacheco durante en las escasas noches
libres de la lucha guerrillera? pues, Como abrazao a un rencor
(Podestá—Rossi) cantado, obviamente, por Gardel.
Llama la atención, la
simpatía personal de Gardel por Cuba, por los cubanos. Incontables fueron sus
amigos y colaboradores de la isla en España, París, New York. En la primera
ciudad fueron estrechos y cálidos sus lazos con Don Azpiazu, quien presta su
orquesta al Zorzal en dos películas: Espérame, en la que interpreta del
músico cubano la “rumba” Por tus ojo negros, y La casa es
seria. En la Ciudad Luz fueron incontables las noches bohemias compartidas
con nuestro campeón mundial de boxeo Kid Chocolate (Eligio
Sardiñas), al que invariablemente dedicaba siempre Rosas de otoño.
Siempre fue un sueño del
Maestro cantar en la capital cubana, anhelo únicamente frustrado con su muerte,
precisamente cuando volaba hacia La Habana, donde lo esperaba su fraterno
Heliodoro Martínez en el Teatro Nacional de La Habana en 1935.
En New York compartió
muchas veces con el Trío Matamoros, quienes cantaban para él Silencio y,
con otro cubano, Roberto de Moya, que fue su guitarrista en las películas
Cuesta abajo y El tango en Broadway.
Por ello, cuando La
Habana le rindió tanta recordación en su centenario (1890—1990) en teatros,
cines y peñas a lo largo de toda la isla, no era nada extraño si,
esa voz, ese misterio, nos pertenece, como es nuestra esa tierra, esa gente
porteña tan amada al sur de Nuestra América,
Felix Contreras
La Habana, agosto del
2009
Y ahora la
letra de un bello tango en Enrique Santos Díscépolo, conocido como el poéta
del tango:
Yira Yira
letra y música Enrique Santos Díscépolo,
Cuando la suerte qu' es grela,
|
fayando y
fayando
|
te largue parao;
|
cuando estés bien en la vía,
|
sin rumbo,
desesperao;
|
cuando no tengas ni fe,
|
ni yerba de ayer
|
secándose al
sol;
|
cuando rajés los tamangos
|
buscando ese mango
|
que te haga
morfar...
|
la indiferencia del mundo
|
-que es sordo y es mudo-
|
recién
sentirás.
|
Verás que todo el mentira,
|
verás que nada es amor,
|
que al
mundo nada le importa...
|
¡Yira!... ¡Yira!...
|
Aunque te quiebre la
vida,
|
aunque te muerda un dolor,
|
no esperes nunca una ayuda,
|
ni una
mano, ni un favor.
|
Cuando estén secas las pilas
|
de todos los
timbres
|
que vos apretás,
|
buscando un pecho fraterno
|
para morir
abrazao...
|
Cuando te dejen tirao
|
después de cinchar
|
lo mismo que a
mí.
|
Cuando manyés que a tu lado
|
se prueban la ropa
|
que vas a
dejar...
|
Te acordarás de este otario
|
que un día, cansado,
|
¡se puso a
ladrar!
|
notas; grela, podríamos interpretar algo asi como
p... , quizás sucia,basura, etc..
"grela" en glosario de jergas y modismos de Argentina: (lunf.) Mujer perteneciente a un rufián (VB), mujer (LCV.), amante, querida/ (juv.) Suciedad.http://que-significa.com.ar/significado.php?termino=grela
fallando: fracasando
morfar: comer, engullir.
yira: mujer prostituta callejera
otario: tonto , bobo ,
ingenuo
manyés: adivines un`popósito
encubierto
cinchar:trabajar esforzadamente
Por si les interesan midis al respecto les inserto el
vínculohttp://www.mibuenosairesquerido.com/xTango2.htm
fuente:
Estas
palabras del argot rioplatense, han sido tomadas del Libro Academia
Nacional de Letras 1000 palabras del español del
Uruguay, Dicccionario del Español del Uruguay,(DEU) Montevideo, 1998.
Uruguay país ribereño con el Rio de la Plata, al igual que
Argentina.
Disfruten la bella música en esta ocasión con el corazón dedicado al Sur
y recuerden que como decía el gran compositor francés Claude Debussy(1862-1918) ..."La música
se ha hecho para lo inexpresable".
recomiendo
que para conocer Cuba entren a este enlace de una Radio que tiene una
programación bellísima, una de ellas " Gotas del saber"http://www.radioenciclopedia
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